Hoy tu día fue bastante desgastante: digamos que no hiciste absolutamente nada, o no tenías los medios para hacer lo que querías. Toda la gente a tu alrededor está recriminándote constantemente, no te sientes agusto con nada. Tu computadora ha muerto, la que te prestaron te está dando problemas. No encuentras dónde canalizar tanta energía y enojo, ¿qué hacer?
Son tantos los caminos para soltar un coraje, que no siempre nos conformamos con uno. Desde tamborilear la mesa con los dedos, rascarnos la cabeza, jalarnos los cabellos, hasta decidir matar al primer cristiano que se cruce por nuestro camino. No conformarse con uno, o sencillamente encontrar el mejor.
¿Qué te hace sentir bien?, tal vez una llamada haría el truco. Los que tengan su diario se lo contarán a el, otros mentaremos madres en nuestros fabulosos diarios públicos que llamamos blogs, los demás se conformarán con contárselo a alguien. Diversas técnicas que se han utilizado, pero que en ocasiones no conforman una suficiencia tal como para volver al balance o la paz interior tan deseada. Quizá no dejar sola a esa persona también ayude a canalizar.
Son tantos los caminos para soltar un coraje, que no siempre nos conformamos con uno. Desde tamborilear la mesa con los dedos, rascarnos la cabeza, jalarnos los cabellos, hasta decidir matar al primer cristiano que se cruce por nuestro camino. No conformarse con uno, o sencillamente encontrar el mejor.
¿Qué te hace sentir bien?, tal vez una llamada haría el truco. Los que tengan su diario se lo contarán a el, otros mentaremos madres en nuestros fabulosos diarios públicos que llamamos blogs, los demás se conformarán con contárselo a alguien. Diversas técnicas que se han utilizado, pero que en ocasiones no conforman una suficiencia tal como para volver al balance o la paz interior tan deseada. Quizá no dejar sola a esa persona también ayude a canalizar.