viernes, marzo 26, 2010

Escribir

Me encontraba leyendo el blog de Paula cuando recordé una cuestión que creo que alguna vez el Licenciado nos planteó durante ese maravilloso curso que fue el Taller de Escritura Creativa: ¿por qué escribimos?

En el blog que visitaba, hace el siguiente comentario: "Ah que estúpido esto de estar actualizando el blog con mis pseudo filosofías de vida del día... pero a mí, escribir es algo que me apasiona... y por eso lo sigo haciendo." La actualización del blog, para todos los que ya llevamos algo de tiempo en este negocio, es tal cual como actualizar el estado de Facebook o de Twitter, es nada más cuestión de plasmar lo que se está pensando o lo que se tiene en la cabeza. Las pseudo filosofías también son escritura, son medio de comunicación, son pensares, son historias, son ideales, son esencia, son principio y fin. Creo que agarré vuelo.

En fin, la pregunta del Licenciado me brincó terminantemente, pues alguna vez yo también me lo pregunté. Un buen día estaba vomitando en este espacio de nueva cuenta, hasta que me dí cuenta de que lo que escribía, si acaso, dos o tres personas lo leían (Rodrigo, Christian y Danny) y los supuestos destinatarios que tenían mis textos de corte emo enfadoso jamás se enteraban de lo que estaba plasmado aquí. Si acaso solamente una vez pasó que la persona a la cual estaba dirigido el texto lo leyó. Claro, el resultado fue todo un gran desastre. A big fat mess. Pues bueno, me detuve a pensar por qué escribía. Si ven las primeras entradas de este blog, empezó como bitácora personal. Así es, me gusta platicar las tarugadas que me pasan a diario (o no, Pau) y quizá era un medio para sacar mis frustraciones personales. Después empecé con mis textos: cuentos, ensayos, cartas, demás; esto empezó como una bitácora, y así se quedará, por eso todo lo demás se fue a otro lado.

En fin, si llegaran ahora y me preguntaran por qué escribo, la respuesta es sencilla, y me lo dijo alguien que quiero mucho: siempre tengo algo que decir. Todos tenemos algo que decir, y si nuestro pensamiento puede salir mejor tecleando o a pulso que hablado, aprovechémoslo.

Hoy voy a salir con una mujer de la que se podría decir estoy enamorado. Me da miedo.

miércoles, marzo 24, 2010

Evasiones

El día de anoche, al regresar de mi clase de baile -sí, estoy yendo a clases de salsa lineal, el chisme estará más adelante de este post- me encuentro con una actualización de status en el fabuloso Facebook por parte de una amiga diciendo que se sentía triste. Claro, viniendo una frase así de una chava como ella -cabe mencionar que la mujer en cuestión está guapa y tiene su pegue-, no se hizo esperar el alud de comentarios tanto preguntando qué pasa como ofreciendo el apoyo que se merece. Efectivamente, tal cual como lo pensaron, la mayoría eran hombres, y sí, yo también comenté. Uno de los comentarios o respuestas de la mujer ante las frases que ahí se plasmaron me dio mucha curiosidad, y como ahorita estoy en el trabajo sin hacer absolutamente nada, creo que me daré el tiempo de pensarla.

La chava comentaba que mientras se esté distraído con trabajo/escuela, amigos y demás, se olvidan los problemas. Creo que es cierto hasta el punto en el que el problema puede tomar dos cursos: o se hace más grande y ya nos cargó la chingada o eventualmente desaparece. Esto último sería lo más cómodo, pues mientras uno anda fiestando, agarrando pedotas y redepente portándose mal, pues qué a toda madre, ¿no? En cambio, cuando regresas a la realidad, a la depresión post-party, es cuando te llega el balde de agua fría y vuelves a ver el problema tal y como lo es.

¿En qué se distraen ustedes?

Últimamente he encontrado buena manera de canalizar las energías en el baile. La verdad, ese ejercicio está con madre. Es normal que una mujer sienta más inclinación hacia querer aprender a bailar y los pocos o muchos que nos animamos a tomar clases muchas veces tenemos que estar defendiendo nuestra orientación sexual. Pero vamos, todos aquellos que de nenas no nos bajan se mueren de la envidia cuando nos ven sacar a la "chava más guapa del antro" y bailar como los dioses mandan con ella. Con un poco de suerte, ahí ya sacaste desde un ligue de un one night stand hasta una relación duradera. Trust me, lo he visto.

Así que, efectivamente: estoy en un curso intensivo de salsa lineal. ¿Por qué intensivo? Gracias a un acoso excesivo por parte de una de las alumnas de salsa básica, y por el proteccionisimo que siempre ha mostrado la maestra por mí -la conozco desde hace un par de años-, tuve que hacer el esfuerzo y pegar el brinco al curso de intermedios-avanzados. Está siendo bueno, porque siento que estoy avanzando a pasos agigantados en ese sentido, además de que estoy recuperando la condición que me quita la vida de oficinista. Prepárense, me volveré de nuevo a convertir en el rey del biutiful.

En fin, creo que será momento de seguir haciéndome wey en el trabajo. ¿Alguna sugerencia?

lunes, marzo 22, 2010

Tecnolojiando edá?

Recuerdo hace escasos 10 años -hasta ya se oyen como un chingo a estas alturas, ¿no?- me recuerdo aproximadamente a estas mismas horas, sentado frente a una computadora Compaq Presario, conectado al ICQ y escuchando canciones ya sea de las predeterminadas del Real Player -que si no me equivoco eran Virgen Morena de El Tri, Corazón Partío de Alejandro Sanz y creo que Ojos Así de Shakira- o con la ya bajada del Napster en el PCDJ. Hoy, 10 años después, me encuentro escribiendo en mi blog, recordando esa época, mientras escucho a Coldplay en el Windows Media Player e intermitentemente vomito en el Twitter y en el Facebook.

Sí, leyeron bien. Por ocio en el que el trabajo nomás no llega -estaba en la oficina sin hacer nada, no desempleado- me dio la curiosidad de emplear esa herramienta que hasta Plaqueta cambió dejando de lado el amado blog. Resulta que Twitter es algo así como mandar un sms pero a quien sea que te esté siguiendo -eso lo hace hasta más stalker que el facebook-. Está padre eso.

Pues bueno. Las ganas de escribir están, pero como que no me agrada mucho despotricar en contra de algo o alguien. O tal vez sí: ¿estaremos de acuerdo que a man knows a man?

Muchas veces me he encontrado con mujeres que piden alguna clase de consejo cuando de relaciones con un hombre se trata. El cómo llegarle, qué preguntarle, cómo es, etc. A veces ni es necesario conocer al mono en cuestión cuando un ya sabe qué va a decir, a qué le tira y cosas así. ¿Qué hacemos? Advertir. De todos modos, en ciertos momentos somos como niños chiquitos: ya vemos la caída inminente y las voces de los papás o personas a nuestro cargo que dicen "te vas a romper la madre". Plaz, se oye el fregadazo, y no queda decir más que: Hate to say I told you so.

Aplica para todos, a mí cuántas veces me advirtieron que me iba a dar en la madre, y de todos modos ahí va la burra al trigo. En fin, creo que no siempre se puede prevenir el madrazo, además, las cicatrices son divertidas.

En fin, marzo está cercano a su final, fue un buen mes. Viene abril, mes conocido por los jolgorios que suelo hacer para mi onomástico. Veremos qué nos depara este fabuloso 2010. Por lo pronto, me voy a echarme porque la gripa me quiere amedrentar.

Y en pleno calor, puta madre.

viernes, marzo 19, 2010

Ferzo

Pues como dijo el señor Mauricio Garcés, les tengo una excelente noticia: ya llegué.

No sé por qué me sigo empeñando en regresar a este espacio que cada vez más le salen más telarañas -y para lo que me gustan las pinches arañas-, pero creo que un poco de vómito mental nunca está de más.

Hace algunos días, estaba leyendo el blog de Danny y recordé que para muchos, los meses de febrero y marzo ha sido un mes de por sí ocupado. Dejemos de la tendencia rara que tiene la gente de cumplir años en este mes -digo porque fácil he tenido unas 20 fiestas de cumpleaños en lo que va del mes y no, no he ido a todas- sino que ha habido espectáculos de alta categoría en nuestra ciudad. Fuera del pelado de Luis Miguel y de una que otra bandilla pedorra que ha atiborrado el Telmex -con sus claras excepciones-, creo que esta ciudad no había visto espectáculos de la talla que ha habido en las pasadas semanas.

Todo empezó con los señores de Massive Attack presentándose en el Telmex, después de haber cancelado el concierto que estaba programado para septiembre del año pasado. La razón fue claramente explicada por sus integrantes -para los que no sabían- pues estaban terminando de grabar su último material -que por cierto está bastante bien-. Tuve la oportunidad de asistir a ese concierto -y confieso que me sentí pinchemil fresa: estaba en palco privado- y he de decir que jamás en mi vida había visto algo así. Claro, he estado en diversidad de conciertos, pero un show de luces, los mensajes en la pantalla de LED, y la gente en pleno trip es algo que no me había tocado ver en Guadalaranch.

Le siguieron los señores de Cuca. Desgraciadamente me quedé con ganas de ir a ese concierto, eso de que no me paguen los días que deberían pagarme no está nada padre. En fin, por lo que pude leer del concierto, para variar, fue una explosión de irreverencia y rock pesado, solamente como los señores Fors, Ochoa, Avilés y González saben hacerlo. Este fue el concierto para conmemorar 20 años en la escena musical. Me tocó estar en los 15 años, y tengo que decir que estuvo de huevos, sobre todo por haber sido en uno de los lugares más históricos musicalmente en nuestra ciudad: el fabulosísimo y semidestruído Roxy.

Y que llega marzo. Todos los rockeros estábamos esperando con ansia EL concierto de nuestras vidas. Desde diciembre, se anunció que The Four Horsemen: James Hetfield, Kirk Hammet, Lars Ulrich y Robert Trujillo estarían pisando tierras tapatías, y esta vez no en el Telmex y no para unos premios que han perdido totalmente su esencia. Esta vez, se apoderarían del pequeño estadio 3 de marzo y darían un concierto que cambiaría la vida de muchos, entre ellas la mía. Todavía recordar el concierto me pone la piel chinita. A pesar de haber salido bañado en sudor, cerveza y otros fluídos corporales, sin voz, con el cuello destrozado y apenas pudiendo caminar del cansancio, dios, qué buen concierto.

Claro, le siguió Alejandro Sanz pero ese pasó sin pena ni gloria.

¿Qué siguió? El tercer concierto que habría de ver el 3 de marzo: Coldplay. Saben, me habría gustado ir a ese concierto, fue una lástima que el boleto que me ofrecieron era de la zona golden y creo que la banda no me gusta taaanto como para haber pagado 1,600 pesos por un boleto. A saber de los que dicen que fueron, también la calidad del show, el sonido y demás atractivos visuales -no se hagan, muchas se mojaron con Chris Martin- fueron de la mejor calidad.

Cosa curiosa, ya dejarse ver en esos conciertos es lo más in del momento. La cuestión ahora es, mi querida Danny, que entre más conciertos vayas, más abolengo tienes, y la imagen alternativa es la que está tomando fuerza y moda entre la comunidad tapatía. Ya que empezaron los putazos culeros con los buchones, ya es momento de cambiar de ambientes. Es por eso que ahora ves los bares rockeros abarrotados de Armani y Dolcce Gabana.

Total, por ahí dicen que viene Lady Gaga. Me cae de a madres que yo sí voy.