miércoles, marzo 08, 2006

El mito del Peje

Un poco de ocio itesiano rinde sus frutos de nuevo


En tiempos lejanos que no queremos recordar todavía, en las tierras de Tabasco, vivía una mujer de talle humilde, que profesaba a los cuatro vientos la ayuda a los más necesitados, el apoyo a “nuestros viejitos” y todo lo que se hacía mal en su comunidad.

Esta mujer tenía la costumbre de lavar en el río. En ese mismo río vivía un pejelagarto, ese pejelagarto tenía la singularidad de hablar siempre entrecortando ciertas palabras, en su mayoría las que contuvieran una ‘s’.
Súbitamente un día este pejelagarto cruzó miradas con la mujer, y ahí fue donde empezó un tórrido romance el cual tuvo sus frutos.

La mujer al darse cuenta de estar embarazada, corrió hacia el hogar del pejelagarto para darle la noticia; este, al recibirla, no pudo más que expresar “ehto eh un compló”.

Y ese es el origen de nuestro querido Peje, Andrés Manuel López Obrador.

Odisea en el Angels (Descripción lugareña)

Esto es un trabajo, pero me gustó y me pareció digno de publicarse...

DESCRIPCIÓN DE UN LUGAR NO VISITADO: ANGELS CLUB.

En este lugar, desde el pasillo tipo cochera que se tiene que recorrer para llegar a la puerta de acceso, se respira un ambiente totalmente de antro. A tu alrededor puedes observar gente de “ambiente”(llamados los gays así) esperando que abran las puertas y poder acceder a ese mundo en el que se pueden sentir libres según los comentarios que escuchas en tu camino a la entrada. Al igual que puedes observar puedes sentir que estás siendo observado, pues eres un candidato potencial a ser abordado por alguna persona que quiera obtener de ti el que bailes con el/ella o que te invite una copa, o simplemente el saber tu nombre.

Se entra pasando la caja y la revisión obligatoria. Se encuentra con una sala de espera adornada con velas y placas de gente que ha visitado el lugar. En este espacio se puede sentir una extraña tranquilidad que pronto será turbada por el entrar y salir de muchas personas buscando algo en ese lugar.
Prosiguiendo con nuestro vagar nos encontramos con un salón con mesas y sillas que proporcionan la facilidad de entablar una conversación sin ser molestado por gente que pasa. Al igual se puede apreciar el sitio de donde mana el sonido que hace vibrar mentes y mueve los cuerpos a un son distinto pero intercomunicado con las señales recibidas. Al fondo de ese salón, la fuente de la alegría de muchos y la causa de las desgracias de otros: la barra.

Continuemos nuestro camino hasta llegar al área en la cual puede suceder todo. El área denominada Pop por el dueño del lugar. En este espacio se puede apreciar mucha gente bailando al unísono, coreando las canciones escogidas por el amo y señor de la tornamesa y buscando un poco de felicidad en ese canto y baile. Al igual se siente una atmósfera un poco más pesada, pues en esta zona se puede apreciar una nube invisible de alcohol, ese alcohol que mata inhibiciones y saca una parte del ser que muchos no hemos conocido o que tal vez no logremos conocer si corremos con un poco de suerte. Al lado de la entrada de este mítico espacio, se encuentra otra fuente que soluciona y crea problemas momentáneos, una segunda barra.

Aunado a la sala anteriormente narrada, se encuentra un pequeño cuarto acondicionado con pequeños sillones en los cuales caben dos entes perfectamente acomodadas. En estos sillones, los cuales tienen una forma muy anatómica que permiten un acomodo de espalda espléndido, se puede ver parejas derrochando miel y pasión, alimentando unos deseos oscuros que ya es imposible reprimir en aquel lugar y menos con una posibilidad tan latente y tentadora como la de ese lugar.

Finalizando el recorrido llegamos al punto de partida, donde nos preguntamos si estuvimos en un universo paralelo o en un lugar como otro en nuestra homogénea y cerrada ciudad.