... que parece que, a pesar de que es primavera, se respira puro desamor? Insisto y seguiré insistiendo, creo que el concepto de relación duradera ya quedó tan deteriorado, que para sentir algo intenso, lleno de pasiones y de emociones que nos lleven al límite, tenemos que amar, como dice Minihobbita (Gnomo, por estos lares) a la mujer/hombre etéreo/a, ese/a que nunca vamos a alcanzar, que se ha idealizado tanto, que realmente no sabemos donde esté, o siquiera si existe.
No es pedrada ni mucho menos, pues yo también lo he hecho, pero he notado que esto de los blogs y demás ya lo empezamos a usar para confesiones de amor, desamor, coraje y demás. Vaya que nos extendemos en escribir lo que sentimos y lo que dejamos de sentir, quizá con la esperanza de que el destinatario se de cuenta de nuestro sufrimiento y venga a nuestro rescate, quizá solamente porque teníamos ganas, o porque era buen desahogo y los ojos indiscretos son mejores a los realmente intereados. Terapia de las letras, placer mundano, equiparable al cigarro.
Pensar en el peor de nuestros triunfos, el mejor de nuestros fracasos. Recordarlo, darte cuenta de todo lo que fue, todo lo que será y todo lo que se fue con ese episodio. Por lo menos, tenemos el gusto (o así lo veo yo) de que hicimos lo que quisimos, cuando quisimos, y como lo quisimos. Piénsenlo: nos enamoramos de quien quisimos, como quisimos (alocadamente), cuando quisimos (en algún punto entre conocerle y empezar a quererle) en fin, qué son estas letras, sino un retrato de la frívola realidad.
Lo peor en estos asuntos, a mi humilde opinion, es quedarse con las ganas: ¿qué podemos perder al ir y decirle en la cara todo lo que sentimos?, total, el no ya lo tenemos, del suelo no pasamos. Lo peor que puede pasar es que termine esa relación, si es que la hay, lo mejor es que resulten correspondidos. Hay que arriesgarse, si la vida fuera toda segura, seguramente (valga la rebuznancia) sería bastante aburrida. Son los pequeños detalles los que le dan sabor a la vida.