miércoles, enero 18, 2006

Otra oración alcohólica para su deleite

Yo confieso ante el Ron todo poderoso y ante ustedes Borrachos que he tomado mucho del Fino, Pintado y Baratón, por la Peda, por la Peda, por la pura Peda.
Por eso ruego al Tequila siempre añejo, a los Bares y a los Antros y a ustedes Borrachos que cuiden de mí mientras guacareo el sillón...

SALUD!

Dedicado a la sociedad alcohólica homeless... stay drunk

Oración de un Alcohólico(probablemente yo)

Alcohol nuestro que estas en el centro
plastificado sea tu bote
venga a nosotros tu enervo
hágase tu voluntad en mi cabeza como en la de los demás
danos hoy nuestro shot de cada día
perdona nuestras guacareadas como también nosotros perdonamos a los que guacarean
no nos dejes caer en la castidad y líbranos de la sobriedad,

SALUD!

esta oración y todas las subsecuentes son producto del ocio de una clase de lógica con Norbert Schwartz... autores: Jorge y un servidor...

miércoles, enero 11, 2006

Hoy tuve sexo

HOY TUVE SEXO

- Hoy tuve sexo.

Ataqué con esta pregunta la mirada que dirigían mis padres al pedirles un poco de su atención. Tomé la decisión de decirlo después de darle vueltas y vueltas en mi cabeza. Dejé de jugar con mi comida y por fin ataqué el frente que me acechaba.

- Hoy tuve sexo.

Insistí de nuevo. Nada sucedió. Sólo un momento después mi padre intentaba controlar a mi madre que en ese momento empezaba a sollozar descontroladamente. Intentando en vano calmar a mi convulsiva madre, mi padre se acercó a mí y me propinó tremendo bofetón que casi me hace terminar en la pared del otro lado.

- ¡¿Cómo te atreves a tratar ese tema en la mesa?! – estas palabras salieron de la boca de mi padre más como un volcán en erupción que como lo que realmente era: un reclamo. Simplemente no puedo creer que mi propia hija haya sucumbido ante los placeres de la carne. ¡Piénsalo!: nosotros que te hemos dado la mejor educación cristiana, las mejores escuelas, una vida digna, ¿puedes vivir como una mujerzuela y tirar por la borda todo lo que tu madre y yo hemos tratado de enseñarte?
- Eres una cualquiera – oí que sollozó por fin mi madre. No mereces llamarte señorita, estás probando cosas que no te corresponden. No creas a esa juventud que dice que el sexo no tiene nada de malo, pues ese no es un placer, es sólo la manera que dios nos dio para que sigamos viviendo. No puedo creer que alguien que salió de mis entrañas tire los principios que tan encarnizadamente he intentado de conservar en ella. Mi hija, mi niña, presa de los placeres mundanos.

No pude resistir ni un momento más los embates de mis padres. Opté por abandonar la escena y me dirigí a casa de mi mejor amiga.

Mientras recorría las calles que me separaban de mi amiga iba pensando: ¿será verdad lo que mis padres han dicho?, ¿he traicionado mis principios?, ¿no soy lo que soy? ¿soy alguien que no debo ser?. Todas estas preguntas invadían mi cabeza, la asaltaban y no la dejaban ni un solo momento tranquila.

Por fin llegué a mi destino, saludé como de costumbre a sus padres y subí a su recamara.

Nos saludamos como siempre, y afirmé antes de que pudiera decir nada:

- Hoy tuve sexo.

Ella sólo se quedó mirándome incrédula. No podía creer lo que acababa de decirle, eso que volvió locos a mis papás y que, al parecer, no tendría una reacción favorable en mi compañera de andadas.

- No lo puedo creer, ¿tú?, ¿la puritanita niña de los cristianos más arraigados del pueblo? – articulaba estas preguntas como si estuviera ante un espíritu, con la voz temblorosa, presa de emoción. ¿Te gustó? Cuéntame, ¿con quién lo hiciste?, ¿cómo fue?, ¿de verdad duele?.

Me atacó con un sin fin de preguntas, sin siquiera preguntar el como me siento ante la decisión que tomé, en qué quedó mi libertad, en qué queda el libre albedrío que se supone que el ser supremo nos otorgó. El haber vivido mi libertad por una sola vez. Todo eso que tuve que pasar para tomar la decisión de hacer uso de mi libertad y de todo eso que la naturaleza me ha dado. Todo eso que ha sido despertado junto con mi crecer biológico. El placer que tanto vi prohibido.

Al no tener respuesta alguna con mi amiga y no dispuesta a responder preguntas de una adolescente morbosa que en vez de ayudar quiere aumentar su curiosidad y calmar su hambre de morbo, doy media vuelta y regreso a mi casa, presa de una confusión enorme. Regreso, sigo pensando y doy vueltas en mi cabeza al asunto. Busco una respuesta, una respuesta a lo que acabo de hacer, no sé por qué no encuentro la respuesta, sólo pido eso: ¡una simple respuesta!

Llego a mi casa, ni siquiera veo a mis padres, subo intrépidamente a mi recámara, a mi santuario personal y sagrado. Me veo al espejo, mi rostro refleja mi duda, en mis ojos se puede ver todo lo que dentro de mí está pasando.

- Hoy tuve sexo – me confesé a mí misma.

Tuve mi respuesta, recordé la costumbre de recopilar frases y anotarlas en la pared de mi cuarto a manera de recuerdos. Volteé y una frase saltó a mis ojos a manera de la respuesta que tanto anhelaba:

Lo humano no avergüenza.

viernes, enero 06, 2006

Lo que fue

Si es molesto para alguien el lenguaje que usé, lo siento, pero ustedes saben que cuando se está enojado en lo último que se piensa es en el lenguaje que se está usando.

Hoy me levanté temprano... a huevo... hoy tenía que suceder, hoy te voy a ver y me voy a aventar... valiendo madres la peda de anteanoche de la cual todavía tengo secuelas; mando a la chingada todas esas mierdas que tengo en la cabeza... todo se va al carajo por un ratito... a toda madre ¿no?.

Ya me bañé... hasta me perfumé... ando bien paquín, justo como una vez me dijiste que me veía guapo... y obvio que yo te creí, pues de pendejo me arreglo tanto... ni que fuera vieja (¿o no?) Escogí cuidadosamente la ropa y ya me vestí... sigo con la sonrisa con la que me levanté... esa sonrisa de niño que lo van a llevar al circo o va a ir por primera vez al mar y hasta se levanta temprano para chingar a sus jefes con el fabuloso “YA VAMONOS”.

Puta... no se que hacer con tanto pinche tiempo... tengo demasiado tiempo antes de verte y no se que carajos hacer... ah! Ya recuerdo... tenía que hablarle a mis compañeros de juergas para que me acompañaran, pues por lo visto no vas sola, por lo tanto como no quiero depender del estúpido de tu compañero no voy a ir solo... nada más tengo la cara...
En la madre... nadie puede hacerme el paro... y ahora que chingados hago!!!???... veeerde... ya me la pensé... la neta no quiero ir y menos en el plan en el que me estoy imaginando que voy a ir... nada más me quieres como garantía de que el otro cerote no te vaya a hacer nada verdad? O no? Neta? No sé carajo... y eso vaya que me encabrona. Bueno ya valiendo madres a ver que carajos hago...

Oye... no me has dicho a donde vamos a ir, donde será el magnifico lugar en el que tendrá lugar mi buena puesta en escena de mi corazón... ah... ahí... órale... me late... va que va... te veo donde acordamos sale?

Ya se acerca la hora... y fregón: mis compas van a ir conmigo! A huevo ya chingué... pero es más fregón que ya te voy a ver...

Ya llegué al lugar acordado... maldita sea... ya llegó el otro también... en fin... a aguantarse que la noche es joven y nos esperan muchas sorpresas... pero momento... algo veo...

Que crees que me pasó?... te vi la cara y me desanime, se acabó... la convicción ahí quedó... ahí quedé... cero pasos más... ya... de plano otro fracaso...
No pienses que fue porque estuvieras fea ni chingaderas así, pues tú sabes que te considero como una persona muy atractiva... no fue ese el pedo... el pedo fue la cara que pusiste cuando me viste a mi, porque ya sabías con qué intención iba a verte... bien sabías que hoy te iba a prometer cielo luna sol estrellas y planetas con tal de que me dieras una oportunidad de estar a tu lado... pero pura madre! Ya valió... ya noté que no soy nada para ti... y a eso agrégale que rato después me abriste... sí te dio pena o como chingados le quieras llamar no dejar al otro pero que tal a mi?... ya con eso me contestaste de que te valgo pura madre...

En fin... a pesar de que mendigo tu amor, que haría cualquier cosa por tener tu calor, que juro que algún día tu compañía será mía... que sabes lo que soy... simplemente digo que te necesito... pero esa necesidad se ve mermada ante tu actitud...

Está bien, lo acepto... te quiero demasiado para dejarte ir por algo así... pero ya no soporto...

martes, enero 03, 2006

Lo que pudo ser

Te encuentro esta noche fría, caigo en cuenta de que me gusta todo de ti. Me vuelve loco el roce de tu piel, todo eso que hay en ti que llora por florecer en estos momentos en que tienes frente a ti a alguien que dice que te ama. Esta noche quieres ser feliz, te pido que me acompañes a ese lugar, un lugar en el que nuestras almas pueden hablarse mientras nuestras bocas se conocen la una a la otra.

Por fin hemos llegado, no dices nada, tu boca guarda silencio pero tu alma grita a los cuatro vientos lo que siente. La mía por su parte espera el momento preciso para volcar todo ese amor que le quema y necesita propinar a alguien más.

- Sabes... yo quería que...
- ¿Sí?
- El problema es que no sé por donde empezar – digo presa de un miedo garrafal.
- Di lo que tengas que decir – respondes con seguridad en tu mirada.

Prefiero guardar silencio un momento y admirar tu mirada. La farsa ha de comenzar, pero ha de terminar con una verdad tan grande como el hecho de que estoy frente a ti y me muero de amor por ti.

- Todo lo que tengo que decir lo puedo resumir en dos palabras o en una acción.
- Dilo, sólo dilo.
- Este... la verdad no sé... tengo miedo, no comprendo lo que pasa dentro de mí y con mi historial de derrotas tengo miedo de tener la razón para poner mi alma a tus pies. Es que desde que te conozco siento que eres como mi ángel, me sorprendiste y el amor a mí llegó. Sueño despierto imaginando tus labios, esperando este momento de tenerte frente a mí. Aunque haya tenido otros amores, siento que eres mi amor primero, mi alma, mi ser, lo que más quiero. Soy completamente feliz porque al fin te encontré, quiero amarte, colmarte con mi amor. Llenarte de ilusiones.
- No sé que decirte – contestas un tanto nerviosa, después del silencio que le sigue a toda confesión.

Le siguió a mi terminante confesión un silencio eterno, ese silencio incómodo, un silencio en el que las almas buscan su lugar y creen haber llegado finalmente al final de la línea, en ese punto donde el amor se manifiesta con todo su esplendor.

- Dejemos las palabras...

Me acerqué y puse mis labios en los tuyos... te besé... pero el beso no encontró su respuesta, pero el corazón sí.

- Y resumo lo que he hecho en dos palabras: te amo.