viernes, octubre 31, 2008

Tequila

Me gusta escribir como el demonio: me vale madres.

La noche se hace larga y la cajetilla parece eterna; igual la compañera eterna de batallas.

Se hace interminable, se hace inabordable. Termina todo pero empieza todo un mundo nuevo. Fuera inhibiciones, fuera traiciones. Estos días, eres tú, sin siquiera pensar en quién está alrededor.

¿Comodidad? No, simplemente un gusto.

¿Quién no se siente agusto en su propio territorio? Cualquiera afirmaría la expresión. El que no, que vaya a un loquero, nada más.

¿Traición? No, sencillamente, diferentes maneras de pensar: el Marqués de Sade me entenderá.

De frente se dicen las cosas: una pantalla puede ser muy cómoda. Si tengo algo qué decirte, no dudes que te lo diré. Si no tengo nada qué decir, mi boca permanecerá cerrada.

¿Me entiendes? Es tu pedo.

domingo, octubre 05, 2008

La vida se complica, no siempre nosotros la complicamos.

Me gustan estos retos, lo que no me agrada, es en la posición que me ponen.

jueves, octubre 02, 2008

Finales

¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste el momento?

Pregunta eterna que azota mi cabeza. Después de un largo tiempo pretendiendo, acercándome, intentando llegar a tí, no puedo hacer otra cosa más que preguntar cuándo fue la última vez que disfruté estar contigo. No sé si fue aquella vez que, por vez primera, me dijiste "te quiero". Estoy entre decidir la ocasión en que me contuve las ganas de besarte. Quizá fue el momento en el que busqué tu mano, y no la retiraste. No lo sé.

Recuerdo a la perfección la primera vez que pusiste tu brazo alrededor de mi cuello. Me paralicé. No creí que tan pronto ya haya creado una conexión de cariño contigo, apenas te iba conociendo, empezaba a desear estar contigo. Impulsos que me llevaron a llegar a tí, a conocer las maravillas que engloban tu persona, a querer ser parte de tu mundo. Quizá lo logré, la experiencia me dice que sí, pero la práctica desecha esa teoría constantemente. Tener en cuenta lo que se está dispuesto a perder antes de empezar, lo perdí, y sigo perdiendo, hasta que no quede nada.

Prefiero no tenerte a saber que no te tengo por completo.