Un poco de ocio itesiano rinde sus frutos de nuevo
En tiempos lejanos que no queremos recordar todavía, en las tierras de Tabasco, vivía una mujer de talle humilde, que profesaba a los cuatro vientos la ayuda a los más necesitados, el apoyo a “nuestros viejitos” y todo lo que se hacía mal en su comunidad.
Esta mujer tenía la costumbre de lavar en el río. En ese mismo río vivía un pejelagarto, ese pejelagarto tenía la singularidad de hablar siempre entrecortando ciertas palabras, en su mayoría las que contuvieran una ‘s’.
Súbitamente un día este pejelagarto cruzó miradas con la mujer, y ahí fue donde empezó un tórrido romance el cual tuvo sus frutos.
La mujer al darse cuenta de estar embarazada, corrió hacia el hogar del pejelagarto para darle la noticia; este, al recibirla, no pudo más que expresar “ehto eh un compló”.
Y ese es el origen de nuestro querido Peje, Andrés Manuel López Obrador.
miércoles, marzo 08, 2006
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