
"¿Cómo poder confesarle?,
gritar todo lo que siento,
que por dentro estoy muriendo
por un beso suyo, me estoy consumiendo.
Ni siquiera se imagina
que llena mis pensamientos
y por temor no me atrevo
a llevarle un rosa
y decirle te quiero.
Y cuando se acerca
me quedo sin fuerzas
con ganas de amarle
cada noche esta en mis sueños
y cuando me despierto me siento su dueño
¿Cómo poder abrazarla?
decirle al oído cuánto la deseo
quiero romper las cadenas del maldito miedo
un beso quisiera robarle y no puedo..."
Una de las cosas más difíciles que le puede pasar a un ser humano es el tener que rechazar, negar, o incluso decir adiós a alguien que ama...
Se cambia de ciudad, se enamoró de alguien más, murió, no sabes de él, tienes años que no lo ves, te pide consejo para andar con la persona en turno que le gusta, alivias un poco su dolor al haber terminado con alguien, etc...
A todos nos pasa, sí, eso que sientes en el centro de tu organismo, ese nudo en la garganta desde el cual no puedes decir nada, mas que reprimir todo lo que tu corazón ansía por desbordar pero que pacientemente tienes que callar para no desfallecer, para no herir, para no herirte...
Recuerdo uno de esos momentos, fue contigo... recuerdo como en ese momento renuncié a tí... te dejé ir... si me preguntan, esto es algo de lo más difícil que he hecho en toda mi vida...
Sencillamente él tenía algo que yo no... lo que tu no viste en mí, tal vez, o será que de verdad lo tengo todo, menos lo suficiente para hacerte feliz...
Por unos momentos dejaste de ser un ayer, quise volverte un mañana, pero el hoy no me deja tenerte, hay una barrera de acero que no me deja acercarte, solamente lee las primeras líneas de esta confesión...
Hoy no pido nada, solamente espero a que lo que se me tenga que dar se me de, a que el dolor me deje de una vez por todas o que hagas el disparo final, el tiro de gracia, para por fin poder descansar mi aguerrido corazón de estos embates que lo debilitan cada vez... las marcas que deja la vida en la cara se ven, las marcas que deja el amor en el corazón se ven...
Mira en mi corazón y dime: ¿qué ves?... ¿la imagen te es familiar?, es hermosa ¿no?... te estás viendo a tí a través de mi corazón, así como yo me veo a través de tus ojos, esos ojos que añoro enamorar y que cambien su expresión por algo más cálido, más de los dos...
La esperanza, se supone, muere al último... pero el corazón no puede vivir de engaños ilusorios
Se cambia de ciudad, se enamoró de alguien más, murió, no sabes de él, tienes años que no lo ves, te pide consejo para andar con la persona en turno que le gusta, alivias un poco su dolor al haber terminado con alguien, etc...
A todos nos pasa, sí, eso que sientes en el centro de tu organismo, ese nudo en la garganta desde el cual no puedes decir nada, mas que reprimir todo lo que tu corazón ansía por desbordar pero que pacientemente tienes que callar para no desfallecer, para no herir, para no herirte...
Recuerdo uno de esos momentos, fue contigo... recuerdo como en ese momento renuncié a tí... te dejé ir... si me preguntan, esto es algo de lo más difícil que he hecho en toda mi vida...
Sencillamente él tenía algo que yo no... lo que tu no viste en mí, tal vez, o será que de verdad lo tengo todo, menos lo suficiente para hacerte feliz...
Por unos momentos dejaste de ser un ayer, quise volverte un mañana, pero el hoy no me deja tenerte, hay una barrera de acero que no me deja acercarte, solamente lee las primeras líneas de esta confesión...
Hoy no pido nada, solamente espero a que lo que se me tenga que dar se me de, a que el dolor me deje de una vez por todas o que hagas el disparo final, el tiro de gracia, para por fin poder descansar mi aguerrido corazón de estos embates que lo debilitan cada vez... las marcas que deja la vida en la cara se ven, las marcas que deja el amor en el corazón se ven...
Mira en mi corazón y dime: ¿qué ves?... ¿la imagen te es familiar?, es hermosa ¿no?... te estás viendo a tí a través de mi corazón, así como yo me veo a través de tus ojos, esos ojos que añoro enamorar y que cambien su expresión por algo más cálido, más de los dos...
La esperanza, se supone, muere al último... pero el corazón no puede vivir de engaños ilusorios
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