lunes, octubre 03, 2005

Promesa como amenaza

Estoy aquí, sentado, resistiendo lo más humanamente posible a este terrible dolor que mana desde lo más profundo de mi ser; estoy herido de muerte; cada parte de mi cuerpo se niega a ejecutar mis órdenes, mi vista se nubla, mi boca calla, mis oídos se cierran y me sumo a esas interminables sombras.

Entre sueños veo un crimen, algo terrible, indecible, que no me atrevería a decir si no estuviera a punto de morir. Veo un cadáver, su semblante está cubierto de dolor, penas y tristezas; contemplo un orificio en su entrecejo, un orificio de bala. Entra un hombre vociferando el terrible crimen, pregona que el arma fue el desprecio, la víctima la ilusión y la causa la pasión.

Tomo mi camino fuera de ese lugar y me encuentro a solas con el asesino, veo que busca respuestas, pero las respuestas que él busca residen solo en su cabeza. Buscar esas respuestas es como querer huir del pasado, siempre al buscar donde no debes terminas en el lugar en el que empezaste. Alguna vez se me dijo que buscara y encontraría, que pida y se me daría, pero soy como ese asesino, busco y no puedo encontrar, pido poco y recibo nada a cambio...

Toda esta atrocidad me recuerda todos esos momentos que viví junto a ella, viviendo mi vida taciturnamente, mintiéndome cada día con el sofisma de que todo había terminado para mí, impulsándome con ilusiones falsas en momentos que mi corazón y mi mente habían muerto tiempo atrás, viviendo de estas mismas ilusiones y alimentándome de una lástima que yo mismo provocaba.

CREER QUE EL DESTINO ERAS TU FUE LO QUE ME OBLIGÓ A MIRAR DENTRO DE MI OSCURIDAD Y DESPERTAR DE ESTE SUEÑO.

Realmente sigo preguntándome por qué nunca aprendí a decirte que no; tal vez porque viví aferrado a que la jarra no se seca hasta que cae la última gota, que podía luchar esta batalla y ganar la guerra...

Empiezo a caer profundo; contemplo mi mortal decisión: ¿he de quedarme aquí, tirado, apretar los ojos y desear que me desangre hasta morir? ¿o salgo arrastrándome de este agujero, ayudo a los que de verdad necesitan de mí, intento que este fuego no toque lo último que queda de mi carcomido corazón?

Tomé mi decisión, y ella se manifestó frente a mí. Una vez más prometió que acabaría con mi dolor, simplemente apuntó y disparó sin mayor titubeo. Caí abatido, todo lo que quedaba de mi lúgubre mundo se disolvió y me vi envuelto en sombras...

ME MATASTE, PERO TARDE O TEMPRANO TU CAERÁS AL IGUAL...

1 comentario:

Anónimo dijo...

niño0 te la rifaste me encanto0 ta bn llegado0r haber cuando0 te avientas una aca pa tu amiguis jejej
tkm!!! siguele k tan pkm!!
beso0s