No sé a partir de donde empezarte a considerar como un blogger. Esta es la entrada 285 de esta bitácora, llevo cerca de 4 años con ella y me siguen leyendo 3 personas jaja. Bueno, al principio quizá sí le quería dar un giro para que se volviera una página muy visitada, en la cual podría darle rienda suelta a ese cuentista que en ratos no me deja dormir. Cuando esto se volvió mi buzón de quejas en contra de la vida, y cuando tomé el Taller de Escritura Creativa, abrí el blog de Cuando Fumar no es Suficiente. No sé por qué a ese casi no le dí publicidad, siendo que ahí estaba todo mi trabajo de creación original, quizá es porque la selección de textos es muy particular, pues en realidad tengo los que considero los "mejores". Además, hay unos cuentos que no son aptos para todas las miradas -los que ya los leyeron saben a cuáles me refiero-. Ya lo tengo casi olvidado, pero vienen unas buenas ideas en camino, ese cuentista ya quiere salir de nuevo de su jaula.
Hemos empezado el mes de marzo, todavía no debería sentirse calor, y la verdad es que la ciudad se está volviendo un pinche horno. Andar en la calle -ya sea caminando o manejando- se está volviendo un suplicio digno de la dinastía china más cruel de todos los tiempos. Nada más sentir cómo está hirviendo el asfalto debajo de tus pies, sentir el escozor del sol en la cara o en el brazo -qué tal el efecto de brazo de taxista- o nada más dejar tu carro por 5 minutos y volver al sauna. Creo que muchos nos hicimos guajes cuando empezó todo ese desmadre del calentamiento global, el cambio de clima nos ha demostrado que es una realidad muy latente. De por sí, el clima en Guadalaranch siempre ha estado loco, pero, ¿qué nos espera ahora? Pues sí, Chapala puede que se seque hoy pero cuando llueva dejará de ser el lago de Chapala a ser el lago de Jalisco. Cuidado para las lluvias y para el mes de mayo, que es cuando más feo se siente el calor. Dan ganas de andar encuerado, ¿o no?
Anoche me di cuenta de algo curioso. Estaba en la Bodeguita del Medio, disfrutando de un delicioso mojito -nos dieron un portavasos donde dice que tienes que hacer 5 cosas cuando vas a la bodeguita: tomarte un mojito, disfrutar la música cubana en vivo, probar la comida, fumarte un puro y pasar un rato agradable (¿?), me falta fumarme el puro- mientras mis hermanos participaban en un concurso de baile de salsa amateur. La verdad no los ví mucho, porque sabrán que el lugar está estúpidamente pequeño, y había mucha gente. Total, entre los acompañantes iba una amiga de mi hermana, que es proveedora de mobiliario para eventos. No les tengo que decir que, a pesar de la edad que nos separa, hicimos buenas migas, y hubo momentos en que el interés pasó de plática semi-intelectual-para-demostrar-interés jaja a algo más. En varias ocasiones, me han dicho amistades que me interesa un poco más una mujer más grande que alguien de mi edad o más chica. Tengo una hipótesis, tal vez toda mi vida de "desarrollo social" me la pasé rodeado de gente más grande que yo, y la verdad, mis grandes conquistas -si se les puede llamar así- han sido mujeres más grandes que yo. Eso, según explicó un amigo, se debe a que me hice un poco más exigente en lo que a las mujeres respecta: un grado más alto de madurez, de seguridad, de detalles que una mujer de 20 o 21 años todavía no ven. Al igual, me acostumbra a dar cosas que una chava de mi edad igual no valorará. Estoy de acuerdo, hay una cierta edad en la que a la chava la conquista el cuate que la saca más a pasear, y curiosamente nunca he sido ese cuate. Mis detalles son diferentes a los que hacen cuates de mi edad, quizá es por eso que las chavas de mi rango no me pelan y me es más fácil entablar un vínculo con alguien más grande. Qué le puedo hacer, así soy yo.
Es martes, ya me cayó la maldición de la gitana. Me voy, en cuanto desate al cuentista y haya algo digno de leer, les aviso. Por lo pronto, ya les dejé el enlace, pueden leerse los cuentitos un rato.
Hemos empezado el mes de marzo, todavía no debería sentirse calor, y la verdad es que la ciudad se está volviendo un pinche horno. Andar en la calle -ya sea caminando o manejando- se está volviendo un suplicio digno de la dinastía china más cruel de todos los tiempos. Nada más sentir cómo está hirviendo el asfalto debajo de tus pies, sentir el escozor del sol en la cara o en el brazo -qué tal el efecto de brazo de taxista- o nada más dejar tu carro por 5 minutos y volver al sauna. Creo que muchos nos hicimos guajes cuando empezó todo ese desmadre del calentamiento global, el cambio de clima nos ha demostrado que es una realidad muy latente. De por sí, el clima en Guadalaranch siempre ha estado loco, pero, ¿qué nos espera ahora? Pues sí, Chapala puede que se seque hoy pero cuando llueva dejará de ser el lago de Chapala a ser el lago de Jalisco. Cuidado para las lluvias y para el mes de mayo, que es cuando más feo se siente el calor. Dan ganas de andar encuerado, ¿o no?
Anoche me di cuenta de algo curioso. Estaba en la Bodeguita del Medio, disfrutando de un delicioso mojito -nos dieron un portavasos donde dice que tienes que hacer 5 cosas cuando vas a la bodeguita: tomarte un mojito, disfrutar la música cubana en vivo, probar la comida, fumarte un puro y pasar un rato agradable (¿?), me falta fumarme el puro- mientras mis hermanos participaban en un concurso de baile de salsa amateur. La verdad no los ví mucho, porque sabrán que el lugar está estúpidamente pequeño, y había mucha gente. Total, entre los acompañantes iba una amiga de mi hermana, que es proveedora de mobiliario para eventos. No les tengo que decir que, a pesar de la edad que nos separa, hicimos buenas migas, y hubo momentos en que el interés pasó de plática semi-intelectual-para-demostrar-interés jaja a algo más. En varias ocasiones, me han dicho amistades que me interesa un poco más una mujer más grande que alguien de mi edad o más chica. Tengo una hipótesis, tal vez toda mi vida de "desarrollo social" me la pasé rodeado de gente más grande que yo, y la verdad, mis grandes conquistas -si se les puede llamar así- han sido mujeres más grandes que yo. Eso, según explicó un amigo, se debe a que me hice un poco más exigente en lo que a las mujeres respecta: un grado más alto de madurez, de seguridad, de detalles que una mujer de 20 o 21 años todavía no ven. Al igual, me acostumbra a dar cosas que una chava de mi edad igual no valorará. Estoy de acuerdo, hay una cierta edad en la que a la chava la conquista el cuate que la saca más a pasear, y curiosamente nunca he sido ese cuate. Mis detalles son diferentes a los que hacen cuates de mi edad, quizá es por eso que las chavas de mi rango no me pelan y me es más fácil entablar un vínculo con alguien más grande. Qué le puedo hacer, así soy yo.
Es martes, ya me cayó la maldición de la gitana. Me voy, en cuanto desate al cuentista y haya algo digno de leer, les aviso. Por lo pronto, ya les dejé el enlace, pueden leerse los cuentitos un rato.
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