jueves, enero 14, 2010

Inicios

Hace algún tiempo, habría empezado este año con la anécdota de lo que fue el 2009. En esos días todavía solía darme el tiempo de sentarme a vomitar en este pequeño espacio que ya está repleto de polvo y telarañas, y que de seguro ya nadie visita. Se me olvida que aquí podía expresarme libremente, sin tapujos ni miedo a que me juzguen, incluso podía vaciar toda la porquería que se acumula -con o sin destinatarios-, pero simplemente se me acabó la costumbre.

Hace algún tiempo, este blog habría estado repleto de desvaríos amorosos, que son comunes cuando empiezo a vislumbrar posibilidades o tener prospectos de dejar atrás la soltería que tanto me tiene marcado con la gran mayoría de mis amistades. Era muy común que cualquier pensamiento que me hiciera ruido en mi de por sí caótica cabecita pasara por el teclado para plasmarse en el blog, a ver si así podía tener algo de cordura la idea o simplemente podía llegar el comentario acertado. Ya habría puesto alguna canción -que de por sí ya ha de haber muchas repetidas- o poema que fuera acorde a la situación. Creo que eso se cambió al maldito Facebook.

Hace algún tiempo, estaría haciendo el listado de lo que hice y lo que no hice en el 2009, y lo que pienso hacer en el 2010. Se hace costumbre que mis doce uvas virtuales fueran aquí. Estarme quejando de lo malo que pudo ser el año y siempre esperando que el nuevo fuera mucho mejor. Siempre pidiendo las mismas cosas. El mismo propósito desde hace tres años. Eso cambió, ahora me los guardaré para mí.

Hace algún tiempo, habría prometido escribir más seguido. Ahora, no les prometo nada.

Saludos, y feliz año nuevo a los que todavía se dignan de pasearse por acá.

1 comentario:

Quinientos_uno dijo...

Feliz Año a ti también, Octavio.