martes, enero 13, 2009

Sweet November

Me acabo de dar cuenta de que tengo una debilidad -que hasta a mí me asusta- por las películas románticas, en todas sus versiones. Ya sea una historia bastante clicheresca con Mandy Moore, hasta las famosísimas The Notebook y la que titula este post. No está de más que otro de mis amores imposibles está en esta película -Charlize Theron es una mujer que, si me llega a dirigir la palabra, seguramente me cago-, sino que a veces ver cosas que uno no tiene y le gustaría tener pues esa necesidad se vuelve latente: te transportas al otro lado de la situación y la vives y la disfrutas como si fuera realmente para tí. Algo curioso, pero que creo que le pasa a más de alguno.

Esta racha de estar hablando de relaciones me está durando demasiado. No quiero verme desesperado -y ni siquiera quiero imaginarme en ese estado-, pero es un tema en el que siempre me ha gustado ahondar, pues cada que volteas a ver ese cristal, esa película, le encuentras algo nuevo.

Se va terminando la película y le perdí un tanto el hilo. No me importa, con tal de ver a esa mujer soy capaz de ver churros como Aeon Flux -yo sí esperaba algo que le hiciera justicia a la serie-, pero qué sensualidad de mujer. No pido mucho, dudo en extremo que una mujer que se le parezca tan siquiera poquito jamás voltearía a ver, como dije en el post pasado, a un bicho raro como yo.

No recuerdo si ya dejé claro lo que pienso de esas mujeres -que en parte mi opinión es una que Mery muy inteligentemente me dio-, pero siento que por lo general ese tipo de mujeres son preferentemente solteras, o que se la pasan de una decepción amorosa en otra -vaya, resulta que soy una mujer guapa ¬¬'- precisamente por lo que me pasa a mí: son tan intimidantes a veces, que los simples mortales -que les guste o no, somos la gran mayoría- ni siquiera nos atrevemos a dirigirles un "hola" o un "buenos días" por lo menos. Además, creo que son las más propensas a que "nos las bajen". Piénsenlo: ya se tardaron en ligársela, en conquistarla y todo, y nada más llega un gañán que llena más la pupila y se acabó. También puede ser el caso contrario: volteen a ver a cualquier periódico de chismes y generalmente se deja a la/el super buenísima/o por alguien menos "agradable a la vista". Ya, hasta aquí mi queja de hoy.


Ahora que lo pienso, si fuera mujer, y mi vida fuera prácticamente la misma, tendría sus ventajas...

1 comentario:

Quinientos_uno dijo...

Me da la impresión, amigo mío, de que le das un valor desmesurado a la belleza física como instrumento "de cortejo". No lo digo sólo por este post, sino por toda una serie de posts en donde rumias el mismo tema.

No seré yo experto en la materia, pero coincido con aquél proverbio popular de "verbo mata carita". Es más, creo que es aún más válido en el caso de mujeres guapas: esas que sueles encontrar rodeadas de hombres "caritas", son más susceptibles a tener una buena impresión de alguien que sea "distinto". Aquí es donde entra la magia de la palabra, el albur, el secreto a medias, la miradilla quiúboles-qué, etc.

Así que, estimado camarada, yo te sugeriría que te armaras de valor y le echaras una llamada a Charlize Theron, y que la traigas de arriba para abajo hasta que se cague, como dices. Total: ella también es de carne y hueso. No hay jerarquías en estos casos. Ella no es ni más ni menos que nosotros. A la hora de la verdad, al verle la cara a la vida, a la muerte y al amor, todos estamos igual de vivos, de muertos y de pubertos.

Cálale. Quién quite y pegue.

(Igual, hay muchas.)