El título me recuerda dos cosas: una, la película del mismo nombre que acabo de ver hoy y la canción de Scar Symmetry -¿o Simmetry? Ya ni sé- La película se me hizo normal, la recomiendo solamente si no tienen nada mejor qué hacer. Jessica Biel no es precisamente la mejor actriz, y no hay mucho atractivo visual -jaja-, y Edward Norton ha hecho mejores películas. La canción, pues solamente para metaleros.
Ya había dejado mi racha de estar actualizando diario, lo que pasó es que esta semana ha estado en extremo rara: gente que viene, gente que va, gente que se abre, gente que se asusta de esa apertura, yo intentando poner una barrera no tan notable pero no infranqueable. No sé, están pasando muchas cosas y tengo que tomar muchas decisiones, el problema es que no encuentro la tranquilidad suficiente para tomarlas. Creo que me hace falta un buen contraanálisis, y ya mucho que no veo a mi contraanalista oficial.
Para seguir con el furor -no euforia, en realidad no me emociona mucho- del San Valentín -tengo que buscar un nombre chistoso para este día- les voy a contar una historia:
Corría el año de 1999, en ese entonces, era un puberto ya no en potencia, sino que en práctica y todo: rechoncho, lleno de espinillas, ya con lentes y con la hormona alborotada, cómo no. Entrando a la secundaria, al Cervantes Bosque, siendo que no lo esperaba, porque la situación en ese entonces estaba del nabo. Aquí es donde apareció mi gran mecenas, gracias al cual sigo estudiando. No había muchas caras nuevas, pues la gran mayoría veníamos ya de los Cervantes -tanto el Centro como el Colonias- y claro, todavía había rivalidad entre nosotros: eramos los "jodidos" -que en realidad somos lo que se catalogaría como gente normal- y los juniors, hijos de papi o blufferos hasta las nalgas.
En fin, entre todas esas caras nuevas, otra novedad para mi: durante 5 años, compartí aula con solamente hombres. Las mujeres llegaron a la primaria en quinto, pero me tocaron en mi salón hasta sexto, pero eran creo que 5 máximo. Ya no recuerdo bien a detalle, pues como le comentaba a un compañero, si me preguntan de la primaria ya siento que me hablan de historia antigua, a pesar de que todavía conservo dos amistades desde entonces. Total, llego a la secundaria y ya hay un poquito más de mujeres, y claro, desde que entré -es más, desde que fui a hacer el examen de admisión, que por cierto me la peló jaja- me fijé en una chava. En ese entonces, todos saben, los gustos no están tan refinados como ahora -hablo por mi, para algunos no les cambian- entonces, me fijé en la chava que estaba más voluminosa jaja. Así es, poniéndolo en palabras vulgares, era la más chichona -a como puede estar una chavita de 12 años- de la generación entrante.
Mi primer acercamiento fue totalmente chafa jaja, o por lo menos así lo parece ya que lo pienso después de tantos años de andar en esos asuntos: le dejé una notita diciéndole que me gustaba, con un dibujo de Garfield -que por cierto hizo mi hermana, cabe mencionar que para el dibujo soy más malo que la gripa-, pues le gustaba mucho. Incluso le regalé un cuaderno. Claro, no se hizo esperar el no rotundo jaja. Esa, podríamos decir, fue mi primera decepción amorosa, con la primera chava a la que le posé el ojo. ¿Qué podía esperar? No lo sé, insisto, ahora que lo pienso, se me hace muy tonto, pero, ¿cuántas habilidades puede tener un morro de 12 años? En fin, así fue.
Lo que falta de la secundaria merece un post aparte, pues ahí fue donde la conocí a ella. Algunos ya se saben la historia, pero me vale madres jaja.
Pues ya, es todo lo que les quería platicar hoy. Cambio y fuera, nos vemos al rato.
Danny: Muro mañana o muerte.
Ya había dejado mi racha de estar actualizando diario, lo que pasó es que esta semana ha estado en extremo rara: gente que viene, gente que va, gente que se abre, gente que se asusta de esa apertura, yo intentando poner una barrera no tan notable pero no infranqueable. No sé, están pasando muchas cosas y tengo que tomar muchas decisiones, el problema es que no encuentro la tranquilidad suficiente para tomarlas. Creo que me hace falta un buen contraanálisis, y ya mucho que no veo a mi contraanalista oficial.
Para seguir con el furor -no euforia, en realidad no me emociona mucho- del San Valentín -tengo que buscar un nombre chistoso para este día- les voy a contar una historia:
Corría el año de 1999, en ese entonces, era un puberto ya no en potencia, sino que en práctica y todo: rechoncho, lleno de espinillas, ya con lentes y con la hormona alborotada, cómo no. Entrando a la secundaria, al Cervantes Bosque, siendo que no lo esperaba, porque la situación en ese entonces estaba del nabo. Aquí es donde apareció mi gran mecenas, gracias al cual sigo estudiando. No había muchas caras nuevas, pues la gran mayoría veníamos ya de los Cervantes -tanto el Centro como el Colonias- y claro, todavía había rivalidad entre nosotros: eramos los "jodidos" -que en realidad somos lo que se catalogaría como gente normal- y los juniors, hijos de papi o blufferos hasta las nalgas.
En fin, entre todas esas caras nuevas, otra novedad para mi: durante 5 años, compartí aula con solamente hombres. Las mujeres llegaron a la primaria en quinto, pero me tocaron en mi salón hasta sexto, pero eran creo que 5 máximo. Ya no recuerdo bien a detalle, pues como le comentaba a un compañero, si me preguntan de la primaria ya siento que me hablan de historia antigua, a pesar de que todavía conservo dos amistades desde entonces. Total, llego a la secundaria y ya hay un poquito más de mujeres, y claro, desde que entré -es más, desde que fui a hacer el examen de admisión, que por cierto me la peló jaja- me fijé en una chava. En ese entonces, todos saben, los gustos no están tan refinados como ahora -hablo por mi, para algunos no les cambian- entonces, me fijé en la chava que estaba más voluminosa jaja. Así es, poniéndolo en palabras vulgares, era la más chichona -a como puede estar una chavita de 12 años- de la generación entrante.
Mi primer acercamiento fue totalmente chafa jaja, o por lo menos así lo parece ya que lo pienso después de tantos años de andar en esos asuntos: le dejé una notita diciéndole que me gustaba, con un dibujo de Garfield -que por cierto hizo mi hermana, cabe mencionar que para el dibujo soy más malo que la gripa-, pues le gustaba mucho. Incluso le regalé un cuaderno. Claro, no se hizo esperar el no rotundo jaja. Esa, podríamos decir, fue mi primera decepción amorosa, con la primera chava a la que le posé el ojo. ¿Qué podía esperar? No lo sé, insisto, ahora que lo pienso, se me hace muy tonto, pero, ¿cuántas habilidades puede tener un morro de 12 años? En fin, así fue.
Lo que falta de la secundaria merece un post aparte, pues ahí fue donde la conocí a ella. Algunos ya se saben la historia, pero me vale madres jaja.
Pues ya, es todo lo que les quería platicar hoy. Cambio y fuera, nos vemos al rato.
Danny: Muro mañana o muerte.
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